Pues seguramente cuatro o cinco veces más de lo que pagamos ahora por un coche convencional.
Fíjense en algunos datos curiosos. Sólo en la compra de las piezas podríamos multiplicar por dos o tres el coste, teniendo en cuenta que el canal de distribución (mayorista, taller, almacenamiento y logística) incrementan entre un 50% y un 70% el valor de las piezas en origen. Por otro lado, si comparásemos la mano de obra de un taller convencional (pongamos 45€ de un taller multimarca) y su capacidad para fabricar un coche desde cero, con la de una línea de producción de una fábrica dónde la mano de obra no alcanza el 10% del valor del coche y está totalmente optimizada… ¿cuanto llevamos?, ¿un 500% o 600% más?
Evidentemente, un fabricante tiene también enormes gastos de diseño, publicidad y tecnología que no tendríamos nosotros (hasta 40% del valor total del coche), aunque muchos de ellos ya estarían cargados en las piezas.
El cálculo no es fácil y no he encontrado fuentes fiables, aunque he descubierto que el departamento de históricos de BMW puede construir un coche clásico desde cero -si dispone de piezas- por tres veces su valor original.
De todos modos el ejercicio es absolutamente teórico, no podríamos hacerlo ya que en España no conseguiríamos, ni las homologaciones, ni los permisos administrativos necesarios, a no ser que partiésemos de un coche existente que no hubiese sido dado de baja, aunque sea para utilizar su número de bastidor y matrícula.
Les adjunto un curioso vídeo en el que cinco mecánicos montan desde cero un coche de Peugeot 207 S2000 Evo 2012 para rallies y ¡tardan nada menos que siete días!.
